lunes, 16 de marzo de 2020

En busca de las Luces

He salido de la jaula buscando el techo con los pies, retorciendo los caminos y guardándome piedras para tropezar en el viaje. He perdido los sentidos cegado por los deslumbrantes cristales de tu cúpula invisible. He perdido los destinos que cruzaban mis ríos de tinta, y me he sentido tan distinto al encontrarte que dudé de cuál versión de mí mismo era la real.

Me enredé en los huracanes de un viento con nombre, al que perdí la pista entre el polvo que fui dejando al andar.
Porque por fin decidí hacer camino, ir en busca de las luces, zarpar del muelle, descubrir el mar. Quitarle el polvo a mi capa y ver cambiar sus colores según surco las curvas de todas tus montañas.

Salí a buscar las luces, que cambian el sentido de las cosas según donde coloquen su sombra, según cambien su color.

Acariciando las cumbres violáceas de Noviembre, abriendo camino hacia el sur.

A veces confundo el este cuando aparece tu estela brillante, y menos mal que nunca llevo brújula,porque siempre me da por seguirte. Y resulta que avanzas con los soles a poniente, y te pones de todos los colores de los que quieras verte. Y entre ese rastro brillante, desde el suelo he abierto camino, pisando la hierba, cruzando campos de trigo. Porque sólo sé hacer camino a mi manera, y tus pasos me dicen que siempre será la correcta. Que yo soporto el peso de dejarse llevar, que un alma como la mía no entiende de cadenas.

Y en medio de la noche gritas, con un silencio que apaga carreteras, comprendiendo que cuando se acaba el ruido, suena más alta la vida.

Deshecho de todo lo que me molesta, y desecho, a secas, miro siempre tu planeta a modo de estrella polar. No quiero inviernos en los que no disfrute de la nieve, ni quiero veranos sin ver el sol. Así que rebusco entre el arrebol el sonido de las canciones que me recuerdan a tu voz; a ecos de aventura, a libertad de corazón.

Busco en amaneceres nuevas formas de despertar contigo, soñando con el calor de levantarse y estar vivo.

Me pierdo en las alturas para ver de fondo el atardecer entre mis montañas, recordando que a veces, el placer está en la bajada.

Te escribo en las canciones que llevo escuchando toda la vida, te veo en las escenas de mis películas favoritas, y me hablan de ti todas las letras que salen de mis manos.

No puedo contener todas tus mareas, pero siempre intentaré nadar entre tus olas, intentando comprender la inmensidad que te sostiene, y limpiando lo malo que llegue hasta tus orillas.

He salido en busca de las luces, y me ha iluminado la vida, la que a veces llevas dentro, tendida en tus ventanas. La que dibujan todas las estrellas que unes como puntos en el cielo.

Y he montado una escena, con focos antiguos y una mesa de cera, que se derrite ante el incendio que pones delante, cuando desatas tu rabia de profecía, tu mente desarraigada de literaturas de sala de espera.

Por fin hice camino, en busca de una luz, grabado en el pecho como dos cruces, hasta cruzarnos en el camino.


En el fondo siempre supe que habías sido tú.


Y después de intentar tener un sino, hiciste de prisma, y yo te dije:


"haz de luz",


como si alguien más que tú

pudiera enseñarme

todos los colores.

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