lunes, 18 de febrero de 2013

Las espinas no oprimen el suelo

Las manos se manchan de sangre,corazones derramados por billetes ensangrentados.Llenamos nuestras cajas fuertes de ego y superioridad arrancadas de cuerpos ahora inmóviles yacentes en el suelo de la miseria,el cual nosotros plantamos con hipócritas rosas pintadas que ocultan las espinas que a todos se nos clavan,cada vez más y más profundo,hasta llegar a la mente y envenenarla de falsos rosales y promesas de colores inexistentes.Nosotros creemos en esos colores,somos la tierra que hace crecer esas falsas rosas llenas de espinas,las cuales no vemos porque los pétalos de las mentiras,la corrupción,la moda,los falsos sueños prometidos y el poder,son ya tan grandes que no dejan pasar la luz del sol,no nos dejan ver,a nosotros,aquellos que sostenemos todo pero que al mismo tiempo formamos parte de ello y de sus principios.Nos criticamos a nosotros mismos siendo nosotros mismos los que hacemos crecer esas rosas teñidas de sangre.Queremos levantarnos,pudrir esas rosas y que la sangre de sus pétalos caiga de nuevo a nosotros,pero no nos damos cuenta de que seguimos sosteniéndolas,porque somos tierra,y cuidamos sus raíces.Cuando la tierra provoque terremotos,se parta y se alce como montaña,tragaremos esas rosas,pero un grano de arena no puede hacer una montaña,ni unos cientos,la tierra es compacta y unificada,aunque cada tramo sea diferente,se define como una sola por ideas comunes.¿Cuántas rosas puede haber en un rosal? Puede parecer grande e inmenso,pero solo tiene espinas,los capullos abiertos se cortan demasiado fácil,pero están muy alto,o eso creemos.Tenemos miedo a que el rosal nos atrape si intentamos crecer,pero no nos damos cuenta que ellos son más fáciles de romper.
Seamos Montaña.

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